lunes, 21 de diciembre de 2015

Práctica 8

En la práctica de hoy, tras un breve repaso de Asunción sobre el Plan de Convivencia, se nos ha repartido una ficha en la que se nos mostraba tres casos de jóvenes que crean un conflicto en la clase, del cual teníamos que averiguar de qué clase de conflicto se trataba , atendiendo al decreto 39 de 2008. Hemos tenido también que elaborar la solución a estos problemas como profesores, y más tarde hemos leído en voz alta nuestras propuestas para ponerlas en común y debatirlas.
CASO1: Ana es una alumna muy habladora y molesta a los alumnos en clase, pero solo se trata de una falta leve, porque únicamente se basa en molestar al prójimo. Ahora bien, según el decreto del 9 de abril de 2008, el alumno puede y debe participar en las clases pero sin alterar el funcionamiento de estas. Por lo tanto nosotros hemos pensado en castigarle sin patio para ver si cambia de conducta. Si el comportamiento continúa proseguiríamos a hablar con los padres, y si el caso ya se nos queda grande para los profesores, contactaríamos con el jefe de estudios y el director.
CASO2: Luis es un chico que se dispone a corregir un error con el borrador pero se da cuenta de que lo tiene en casa y se lo pide a un compañero. El compañero no se lo quiere dejar y Luis se enfada, gritándole y llamándole "imbécil".
El artículo 30 del título 3 del decreto anterior dice que ante estas situaciones de enfado y peleas entre alumnos, el tutor tiene que ejercer de mediador y hacer que se vuelvan a reconciliar, tras haber escuchado los argumentos de cada alumno. Nosotros hemos pensado que precisamente esa situación sería la más correcta.
CASO 3: Juan Vicente es un chico que llega tarde a clase, utiliza el móvil en clase y deteriora los materiales escolares, influyendo sobre la conducta de sus compañeros.
Según nosotros, si el alumno llega tarde a clase es porque le ha sucedido algo, y debería llevar con él un justificante. Si no es así, no le dejaríamos entrar a clase y le enviaríamos a la biblioteca. Si el retraso es continuo todos los días procederíamos a hablar con los padres.
Por otra parte, si vemos que el alumno saca el móvil en el aula, se lo requisaríamos hasta el final de la clase. Si el alumno lo vuelve a sacar, nos quedaríamos con su móvil el fin de semana y se lo comentaríamos a los padres.
Según el artículo 1 del título 3, los alumnos deben pagar económicamente los destrozos del material y las instalaciones escolares, que es lo que aplicaríamos con este chico tras haber rayado la mesa y picarla con el compás












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